Maxiescala en Ginebra

¡Buenos días por la mañana!

Digo buenos días pero escribo esto por la noche, a punto de embarcar en el vuelo Ginebra-Pekín, esperando que vosotros lo leáis por la mañana cuando yo esté recién aterrizada, creo. Digo creo porque soy un desastre con lo de los cambios de horario jajaja.

Cuando compramos el vuelo desde Madrid, teníamos dos opciones: hacer una escala de cinco horas en Ginebra o elegir otra más larga, de veinticuatro horas, y dedicar un día a esa ciudad. Como yo no había estado antes y las escalas son un rollazo, nos decidimos por la segunda.

Reservamos un hotel al lado del aeropuerto, perfecto porque llegamos por la noche y nos fuimos directos a dormir, y luego tuvimos todo un día súper agradable para conocer un poquito esta ciudad suiza.

Nuestras vacaciones han empezado con desayuno de hotel con de todo, es decir, en el paraíso!!!

Había mucha repostería exquisita pero yo me decanté por el salado... ¡Y qué quesos taaan ricos!

Como no somos nada fans de hacer turismo como tal, no hicimos más que dar unos paseos por el centro y con eso vimos todo lo que hay que ver.



También seguimos las indicaciones de una de vosotras (¡gracias Silvia!) y fuimos a Carouge, un barrio que nos gustó mucho.

En Ginebra los turistas viajan gratis, ¡qué lujazo!, aunque nosotros fuimos andando, por llevar la contraria...



Al volver sí lo hicimos en tranvía, y nos bajamos corriendo en la Rue de Carouge para comernos unas hamburguesas muy top que vimos por la ventanilla, jajaj, era un sitio llamado Holy Cow, jojojo...



Paseamos mucho y tomamos cafés de esos que cuestan tanto como una comida y entera en España :P



Por la tarde bien tarde, nos fuimos al aeropuerto a hacer el check in. No nos dejaron hacer esto en Madrid, aunque sí nos mandaron la maleta hasta Pekín directamente, lo que aún no sabemos si salvaremos con éxito. ¿Llegará la maleta con nosotros? ¿O se habrá perdido en esta maxiescala? Aún no lo tengo nada claro, pero os lo contaré en próximas entregas... :)