Ayer, en una conversación instagramera, alguien me dijo que se extrañaba de que yo fuese adicta a las chucherías y de que comiese caramelos cada semana. Y la verdad es que es así, así ha sido desde siempre, tengo una especie de adicción a todos esos dulces hechos con petróleo que hacen que pierda el sentío.
¿Que si como sano? Sí, mayormente sí, y creo que he conseguido lo que siempre quería: no tener ansiedad. Me explico.
Yo siempre he comido sano. Siempre en mi casa se comía borraja con patata y aceite crudo y pollo a la plancha y muchas menos veces se comía pasta, fritos o salsas; yo siempre he preferido un filetón de ternera a unas croquetas (bueno, ahora que lo pienso unas croquetas buenas... ), el aceite y vinagre a una salsa césar y las verduras hervidas a los platos con bien de salsa. Siempre me ha gustado más un yogur o un café que un colacao.
Por eso, cuando ahora leo artículos, posts y retahílas varias sobre cómo cambiar la alimentación, no me siento identificada, y seguramente eso sirve para la gente que come pasta varios días a la semana, elige la guarnición de patatas en lugar de la verde y hace las lentejas con chorizo en lugar de con verduras. Yo nunca he sido de esas.
Ahora bien. Lo que siempre me ha matado es el picoteo. No sólo soy adicta a las moras, los dedos y los regalices rojos, es que me pones una cuña de queso y me la puedo comer entera, podría coger un fuet e ir cortando rodajitas hasta quedarme sin dedo y así sucesivamente, he tenido siempre muchos hábitos que ya no tengo y que hacían que comiese lo que no quería.
He aprendido muchas cosas en los últimos años en el tema nutrición/alimentación y creo que la más importante para mí es esta: cómo no tener ansiedad, cómo no comer lo que no debes o quieres comer. Resumo aquí mis trucos.
1. Lo primero y más importante es BEBER AGUA. Hace años bebía poquísima agua y ahora todo lo contrario, eso creo que ha cambiado totalmente mi forma de comer. Siempre bebo un vaso de agua antes de cada comida, hago cinco, así que son cinco vasos. Por la mañana en el trabajo me bebo medio litro seguro. Si hago deporte, cae otro medio. Y tomo dos infusiones diarias cuanto menos. Pero es que además, ahora tengo sed y antes no tenía... o igual es que la mataba con gominolas. :P
2. Mi segunda regla es la más importante y consiste en no tener nunca hambre, COMER MÁS. Si desayunas como un rey, almuerzas idem, comes idem, meriendas idem y cenas idem, no te apetecen gominolas. Está comprobadísimo. Y no me refiero a no pasar hambre, sino a estar siempre harto. Yo me veo todo el día en un pienso, pero luego, el día que cuento calorías o macros veo que como bastante bien. Y el día que me quiero dar un capricho (para mí no es un día a la semana, sino siempre que me apetece o se tercia), me lo doy, pero no porque no me pueda aguantar y me muera sin comerme esas gominolas/ese donut/ese queso, sino porque me apetece y me lo puedo permitir. La sensación es distinta.
3. La tercera regla y no menos importante es ser creativo y TENER RECURSOS. Tener siempre ideas y comida a la que recurrir si te apetece dulce (como la calabaza asada que os he enseñado hoy en instagram o un quark con edulcorante o una infusión con vainilla que dé el pego y una onza de chocolate negro) o si te apetece salado (un buen jamón serrano con un pan wasa no es tan difícil tenerlo en casa y a quién no le gusta) y evitar tener en casa lo que no quieres comer. Nadie necesita tener en casa patatas fritas ni donuts y una fruta bien cortadita con mantequilla de cacahuete puede estar igual o mejor, además de que lo puedes publicar en instagram y presumir de healthy en toda la blogosfera jajaja.
4. TOMAR INFUSIONES. Muy relacionado con beber agua, para mí las infusiones me han cambiado la vida. No tomarme un té de vez en cuando, que eso ya lo hacía, sino tomarme dos o tres infusiones diarias. ¿Cómo voy a tener "hambre", que son en realidad ganas de llevar algo a la boca, si no paro de hacerlo? Además una infusión la puedes tomar en cualquier casa o bar y te exime de tomar lo que no quieres.
5. ORGANIZARSE. Para algunos es lo más difícil y es, desde luego, crucial. Si no vas a hacer la compra, si no te organizas, si llegas a las cuatro a casa muerto de hambre y no tienes ni planteado lo que vas a comer, si no tienes la nevera llena de cosas gustosas y ricas, difícilmente harás esas comidas copiosas que os he dicho o tendrás recursos sanos y creativos para picar en un momento dado. Será más fácil recurrir al pincho de tortilla en el bar "porque total hoy no como hasta las cuatro" y cuando llegues a casa comerás sólo la ensalada por no pensar o no hacerlo y te encontrarás a las cinco con un tubo de galletas en la mano porque, evidentemente, no lo sabías pero tenías que comer más. Hay que organizarse, y comprar un mantel fotogénico para instagram, que por ahí empiezan a quebrar estas cosas, jajajaja.
6. Tener paciencia y HABITUARSE. No hay que obsesionarse, simplemente ir poco a poco, pasarse cuando haya que pasarse y seguir comiendo bien el resto del tiempo. Si a tu cuerpo no le das donuts, dejará de pedírtelos. A mí en la vida me han dado bechamel en casa (no sé por qué pero así es) y por eso no es una cosa que me emocione, me la como siempre en casa ajena y compruebo que está rica, pero no me la pide el cuerpo jamás. En cambio el verde me apetece siempre.
Esta es mi experiencia y así se la hemos contado. Espero que a alguien le sirva o le motive a intentarlo porque comerte ese pincho de tortilla o estas chuches sin ninguna culpabilidad la verdad es que mola un montón, jejeje.

Muy bien esos consejos Anita, sobre todo los dos primeros! La gente no se imagina lo importante que es comer mucho y beber mucha agua y son dos consejos facilisimos de seguir! A seguir con la #healthylife y con instagram sobre todo! Jajajaja! ;) Un beso!
ResponderEliminarJajaja instagram incita a la healthylife y otras milongas, así que habrá que seguir! :PPPP
EliminarMuy útil y muy interesante. Muy bien Anita, eres un pozo de sabiduría, ¡nos encanta!
ResponderEliminarGracias!! Tampoco he descubierto América, pero si a alguien le ilumina un poquito, yo feliz! ;)
EliminarHola. coincido totalmente contigo... unos consejos muy prácticos. Me encantan las gominolas y en el quilibrio está el éxito.
ResponderEliminarExacto, no hay que ser ni talibanes de la comida ni pasarse de dejado, creo que la clave es el equilibrio.
EliminarQue malvada con esa foto de chuches ( que por fin sé que son) lo mio es el chocolate... los caramelos y demás nunca me han apetecido. Las ideas que das son muy buenas... a ver si agrego más agua a mi vida.
ResponderEliminarJajajaj me suena que ya me has preguntado qué son más veces!
EliminarMuchas gracias por esos consejitos Anita, me parecen muy prácticos.
ResponderEliminarYo a mis taitantos me di cuenta de que tengo muchos malos hábitos adquiridos y la verdad me cuesta mil "desaprender" muchas cosas, pero ahí vamos, en la lucha diaria. Besitos :*
Es más fácil o difícil según el punto de partida de cada uno, pero vamos, que a todo el mundo le cuesta y es eso, habituarse. Me alegro de que te haya servido! ;)
EliminarMe pasa que bebo poquísima agua. La verdad es que bebo más que hace unos años, y obligada, pero no bebo suficiente.
ResponderEliminarLo que peor llevo es las cenas. Intento desde hace tiempo estar saciada, porque no hay nada peor que pasar hambre, ya que luego atacas a lo que pilles.
Lo de las chuches, no puedo evitar darme un capricho de vez en cuando.
Besos.
Ro, si llegas a la cena muerta de hambre, es que tenías que haber comido más durante la tarde. Yo me pego unas meriendaaaas... :)
EliminarLo de las chuches, nada importante, si no tienen grasa ni na! :PPP
Muchas gracias por los consejos. Este año quiero mejorar mi alimentación pero con tranquilidad. Yo soy adicta a las chucherías especialmente a los realices rojos
ResponderEliminarA mí también, los regalices me vuelven loca.
EliminarMe alegro si os sirve, aunque sea un poquito!
Mua.
Este post me ha encantado, a ver si me lo aplico..... sólo hay una cosa que no creo que pueda cambiar.... me encantan las salsas, sobretodo la bechamel.... no puede ser que a tu madre no le guste la leche?
ResponderEliminarPor cierto, ¿Qué hay en las cajitas de plástico que salen en la foto? ¿frutos secos?
Besos!!!!
Son especias.
EliminarA mi madre sí le gusta la leche y a mí me encanta, pero no sé, las lasañas y esas cosas en mi casa no se han llevado mucho nunca.
Si las salsas no son negociables, intenta hacer la versión más ligera y no abusar, y como digo siempre: si todo lo demás lo haces bien, la salsa te la puedes permitir. ;)
A mí me pasa más o menos como a ti. No estoy acostumbrada a fritangas, bollería industrial, etc, así que no me muero por comerme donuts o por hacerme en casa unas papas fritas. Como bien y bebo bastante agua.
ResponderEliminarMi problema en estos meses es el 5, la organización. Soy consciente y debo ponerme las pilas YA!
Eso sí, ahora que lo pienso, no me importaría pillar unas croquetas de mi madre para comerme con un vermutín :P
Pues una vez analizado el problema, la solución es lo más fácil! Venga, a coger la agenda y a organizarse!
EliminarReflexión requete-interesante. Yo creo que lo más importante para llevar una dieta sana, es ser conscientes de lo que comemos (y de lo que no), de nuestros puntos débiles y saber escuchar a nuestro cuerpo (y sobre todo a nuestra cabeza). Coincido contigo en los buenos hábitos adquiridos en casa de mamá, yo no he sido nunca de patatas, fritangas y cosas así, mi madre preparaba muchos purés de verdura que siempre me han encantado (purés de verdura hervida, sin rehogaditos ni ná), las acelgas cocidas me rechiflan... Pero siempre he tenido una debilidad por los dulces y la bollería, eso creo que es innato en mí. Hay que buscar un equilibrio.
ResponderEliminarOtra cosa, ¿por qué incluyes la pasta en el lado "poco saludable"? Si te leen mis compatriotas te van a poner mala cara, jajaja. Yo la pasta, con mesura y un acompañamiento correcto, la considero una comida saludable.
Guapa! Cuánto tiempo! :)
EliminarNo creo que la pasta sea poco saludable, ni mucho menos. Creo que estaba pensando en la gente que cuenta que cuando ha cambiado de hábitos ha incorporado la verdura a su dieta porque antes sólo comía pasta, que eso a mí nunca me ha pasado, siempre he comido pasta (me requeteencanta) pero muchas más verdura.
De todas formas, no podemos comparar los platos de pasta de aquí y allá, aquí el que come pasta todos los días lo hace con nata y bacon (la falsa carbonara) o con tomate frito, y ése es un plato muy diferente a una pasta con aceite y especias o... mmm aunque el pesto lleva dos litros de aceite, mejor dejo mi argumentación jajaja.
¿Me he explicado? Pasta sí pero no cono sustitutivo de las acelgas y las judías verdes. Por cierto, pero ahora estás aquí o allá? Mua!
Ah, y me he dejado una cosa muy importante: lo de ser conscientes. La gente no es consciente de lo que come, mucha gente dice que no come nada y como dirían las abuelas "no están de no comer" jajaja. Hay constituciones y constituciones pero en Etiopía no hay gordos y del aire uno no se pone tremendo.
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