Con vistas al mar

Ya os he dicho mil veces que para mí vivir a cinco minutos de los Cines Renoir es como para otros tener vistas al mar. Me da la vida y hace que mi idem sea mucho mejor.

Una de las cosas que me gustan, aparte de lo evidente (que ponen pelis que me interesan y que las puedo ver en su versión original), es cuando hacen estas reposiciones de pelis "antiguas", pelis buenas, pelis clásicas o pelis de culto, pelis que en su día no viste o que tal vez has visto varias veces en la tele pero nunca así: en pantalla grande y en su idioma e interpretación original.

Por eso, igual que me gusta ver qué ponen en la filmoteca o los ciclos de CBA, adoro las colaboraciones de los Renoir con TCM. Y por eso cuando hace unas semanas me llegó el email de rigor informándome puntualmente de que esta semana iban a pasar El gran Lebowski, miré la agenda y compré dos entradas.

Sabéis que llevo una semana fatídica, tengo un catarrazo que continúa in crescendo y esta tarde me voy de viaje express a Zaragoza a la fkng boda, así que ayer me apetecía bastante poco ir al cine, pero como tenía ya las entradas, no había opción.

¿Y sabéis qué? Que otra vez el cine surtió el efecto reparador y analgésico que siempre tiene en mí. Disfruté del buen hacer de los Coen, de la banda sonora, volví a morirme de risa con John Turturro y de nuevo admiré la súper interpretación de John Goodman... ese Walter me fascina, jajaja.

Conclusión. Que sigo resfriadísima, cansada y algo estresada, pero estoy contenta. Y tengo claro que necesito vivir en un "sitio con playa" para siempre. :)