Tachando de la lista

Ayer taché varias cosas de la lista y dejé, sin embargo, otras pendientes, y es que, después de estar tres horas y media con la boca abierta en el dentista (no he exagerado nada, fueron las 'de cuatro a siete y media' más largas de mi vida), no tenía fuerzas para ir a correr y me decidí por el otro plan: el de las tiendas. 

Devolví los pantalones y pasé por Mango a por los zapatos que os había dicho, que no son otros que unos salones puntiagudos (stileeeettos, vale) de color negro y poco tacón. Los quería porque me pegan con todo y porque, no sé muy bien el motivo, son este modelo de zapato el que ahora me apetece después de años pareciéndome rancios y pasados.

Al ojear cuatro escaparates de camino a la tienda, me di cuenta de que deben de ser los que están de moda, porque los hay de todos los colores, materiales y alturas, y de todos los precios. Yo ya he estrenado los míos que me gustan mucho porque son de piel por dentro y por fuera y porque ya he comprobado que son muy cómodos, pero me los he quitado para hacer la foto y que veáis lo normalísimos que son...