Mall rat

Los centros comerciales son unos sitios feos y enormes que creo que amo y odio a partes iguales. Cuando era más joven, los malls salían en las series americanas de institutos como lo más de lo más, aunque aquí no se estilaba, y recuerdo que no había muchos centros comerciales entre los sitios que yo frecuentaba.

Estaba en segundo de BUP, así que tenía quince o dieciséis años, cuando abrieron un centro comercial al lado de mi casa en Zaragoza, donde fui por primera vez ni más ni menos que a H&M y donde recuerdo que hubo incluso un Marks&Spencer antes de que desterrasen de este país esa tienda inglesa con tanto que rascar.

Durante años, pasé por ese centro comercial de camino a la escuela de idiomas, al trabajo o al gym, pero odiaba soberanamente pasar por allí un sábado por la tarde y aprovechaba que lo tenía cerca para ir a las dos de la tarde sola a cometer fechorías (centros comerciales aparte, a mí siempre me ha gustado comprar...)

Recuerdo que en aquellos tiempos, en los centros comerciales veía mucha parejita que me parecía lo peor, fundamentalmente porque mientras a mí me traía por la calle de la amargura pepito o menganito lo último que a una le apetecía ver era a parejitas en las escaleras mecánicas sudando miel.

También había mucha familia, padres con niños, gente que iba al cine a ver pelis infantiles o comerciales y ponerse ciego a panchitos, y parejas que a mi juicio no tenían nada de interesante. El sitio, en general, no me atraía para nada.

Ahora, que soy mayor y, como dígo siempre, menos moderna, disfruto algo más de los centros comerciales y entiendo que tienen su público. Además de ir a La Gavia a comer el mejor sushi de Madrid en el Asian Kaiten, siempre que voy a Zaragoza visito Puerto Venecia y su Primark.

Leí el otro día que Puerto Venecia ha ganado un premio al mejor centro comercial del mundo y la verdad es que no me extraña...

Y es que el emplazamiento es estupendo, si consigues ir un día que no esté lleno de gente y no se pueda ni estar, que es muy frecuente. No es un centro comercial al uso sino más bien eso que ahora llaman shopping resort, como el Woodbury de Nueva York (salvando las distancias), donde se construye toda un area de compras con diversos edificios en un entorno agradable.

Cuando lo abrieron, hace un par de años, su Primark era el Primark más grande de España, y la verdad es que se parece mucho más a los que hay en Gran Bretaña que a la mayoría de mini tiendas que han exportado a nuestro país...

A mí siempre me gusta ir, porque es muy barato y hay muchas cosas con ese estilo tan inglés que me encanta. ¡Tiene tres plantas y sólo cosas de casa hay ya muchísimas!

 

El otro día estuvimos y habían puesto las infinitas chorradas navideñas de todos los años

 

que algunos disfrutan un montón (ejem)...

 

Claro que a él le da igual que sea navideño o no, si hay algo para ponerse en la cabeza, ahí que se mete.

 

Es algo así como girarte buscando dónde está y encontrarlo debajo del sombrero de turno mirándose al espejo... ¡¡Pero si ese día incluso se disfrazó de muñeco de nieve!!

 

Ahora los centros comerciales no son mi idea principal del ocio pero reconozco que, de una forma u otra, los frecuento y me lo paso muy bien. 

¿A vosotr@s os gustan? ¿Vais a menudo?