Hay mucha gente que sufre y padece algún tipo de crisis postvacacional cuando llegan estas fechas. Sienten como un problema el terminar las vacaciones, volver a la rutina y encarar lo que va a ser su vida en los próximos once meses y quince días (es un decir) hasta que por fin llegue el viaje del verano que viene. Es un hecho que en las revistas y semanarios de septiembre aparece siempre el típico artículo de cómo afrontar la vuelta al trabajo, estudio, casa y familia sin caer en la desesperación.
Parece ser que nadie se ha parado a pensar que esa depresión postvacacional no es algo natural. Que no debiera existir.
En mi caso, he vuelto de muchos viajes llorando. Confieso que he llorado demasiadas veces en aviones y autobuses a la vuelta de-, porque el viaje se acababa y me daba pena. Porque no quería volver a lo que tenía, sino que quería quedarme dando la vuelta al mundo con el profesor de historia canadiense y sus amigos, aquellos que habíamos conocido en Berlín, o con el músico alemán y su amigo clavadico a Kurt Cobain, que habíamos conocido en la playa con una guitarra tocando el When I come around de Green day (¡Qué tiempos!).
Pero eso ahora no me pasa. Ahora nunca tengo una crisis postvacacional. No sufro por volver, porque lo que tengo me gusta. Porque ésta es la ciudad donde quiero vivir, éste es el novio que quiero tener y porque hoy no cambiaría mi trabajo por otro. Porque tengo ganas de hacer todo lo que os conté ayer.
Eso sí debería ser lo normal, porque no nos engañemos: uno no puede vivir once meses y quince días de las rentas de los otros quince. Deberíamos pensar que la verdadera suerte no es poder irse de viaje a la conchinchina cada año, sino volver a casa pensando que no hay conchinchina que te guste más que la que tienes. Y si uno tiene crisis postvacacional, lo que necesita no son más vacaciones, sino un cambio en su vida. :)

Muy buena tu reflexión de hoy. Estoy de acuerdo contigo, porque a mi me pasa. Llega la mitad del mes de agosto y empiezo a pensar en volver a empezar, en el nuevo curso, en mis nuevos alumnos, en todo lo que voy a hacer este año. No me da pereza, aunque muchos lunes no me apetezca nada ir a trabajar, porque me gusta mi trabajo y me gusta mi vida.
ResponderEliminarNosotras sí que tenemos suerte!!
Besos.
Que nos dure. O que sepamos hacer que nos dure! ;))))
EliminarMua.
Buena reflexión
ResponderEliminarAmén!! Como te dije ayer yo soy de las de crisis postvacacional y tengo claro que lo que falla en mi ecuación es el trabajo. Pero bueno... tal y como va todo no me tengo que quejar porque todavía lo conservo... además luego empiezo con la marcha y en dos días la "depre" se me pasa porque todo lo demás que tengo alrededor lo compensa. :)
ResponderEliminarBesitos!
Eso está claro, no querer que se acabe lo bueno no es una crisis postvacacional, eso es lo más normal del mundo! :)
EliminarUn besote!
A mí me pasaba cuando tenía algo que hacer (ahora no hay diferencia entre verano y no, porque no tengo ningún trabajo al que volver). Está bien ir de vacaciones porque es poco tiempo, y a la mayoría de la gente no nos gusta estar de "vacaciones" continuamente...
ResponderEliminarMuy bonito :)
:) te deseo que tengas suerte y tus vacaciones acaben pronto!
EliminarYo adoro mi trabajo y nunca he tenido ese síndrome, pero lo entiendo. Reconozco que una pausa me hace mucho bien.
ResponderEliminarA ti y a todos, por eso existen las vacas... ;)
EliminarAmén ;)
ResponderEliminar;)
EliminarMe encanta la reflexión que has hecho :)
ResponderEliminarMe alegro mucho! :)
EliminarAnita, tu sabia reflexión y tu capacidad de síntesis me ha dejado boquiabierta. A tus pies.
ResponderEliminarJajajaja.
EliminarMuamuamua.
Tienes TODA la razón del mundo y eres muy afortunada. Yo se cual es mi problema...pero no puedo dar un cambio a mi vida. Un besazo. Mercedes
ResponderEliminarA veces los cambios son muy difíciles, pero si uno es lo suficientemente autocrítico como para reconocer qué necesita, al final las decisiones se toman solas. Un besote y mucha suerte.
EliminarQue sabía eres!!
ResponderEliminarCoquelicot
Tú siempre me lees con buenos ojos (pero yo a ti también eh???)
EliminarMuamua.
Efectivamente. Pero no es nada fácil que tu trabajo te guste, aunque sea tu vocación. A mí lo que menos me gusta es la rutina de horarios: madrugar todos los días y desperdiciar prácticamente todas las tardes ahí, encerrado en el trabajo. A mí me gustaría ser libre, ejercer mi vocación libremente, mandando en mí misma, y haré lo que sea por conseguirlo, pro sufriré, será duro, y tendré depresión postvacacional muchas veces hasta conseguirlo.
ResponderEliminarEs fácil decirlo desde fuera pero si sabes lo que quieres debes ir a por ello! ;)
EliminarHombre... lo primero es tener un trabajo que te guste o no te desagrade (o en algunos casos simplemente uno, el que sea), pero es una suerte que la mayoría de la gente no tiene. Y aunque estés contento con tu vida y te guste lo que haces normalmente...un poquillo de bajonaaaaaaaaaaaa... ¡¡sí que da!! jajajajajaaa...
ResponderEliminarJajajjaja por supuesto! Si no las vacaciones han sido una castaña!!!!!! Jajaja
EliminarAfortunada tú que has conseguido la vida que deseabas. Pero no a todos el destino nos trata tan bien...Qué dure¡¡¡ R.P.
ResponderEliminarComo dice abajo Lileth, creo que la mayoría de lo que tenemos lo vamos eligiendo, así que hay que tomar decisiones aunque no sean fáciles. Mucha suerte y muchas gracias! ;)
EliminarPues no puedo estar más de acuerdo. Es cierto que hay circunstancias en la vida que no dependen de lo que hagamos, pero la mayoría de lo que nos rodea es elegido, así que sí no nos gusta...
ResponderEliminarAmen! El problema es que a veces (casi siempre) los cambios son tan difíciles de decidir...
Eliminarole ahi! Totalmente de acuerdo :). La verdad es que eres una auténtica afortunada ;)
ResponderEliminarEs verdad, así me siento. :)))
EliminarMua!
¡Me he sentido aludidísima! A mí tampoco me duele la vuelta a casa en sí: me encanta mi ciudad, me gusta mi trabajo, sigo disfrutando de la playa y de las vistas al mar desde mis ventanas (que, por cierto, no tenía en mi lugar de vacaciones). Sin embargo, la vuelta supone que suene el despertador a las 6:30, no poder salir a tomar mojitos después de cenar y que llueva a mares en agosto, entre otros, y eso, amiga, non mi piace! Pero sí, yo también puedo decir que soy afortunada, así que voy a mirar a este septiembre con otros ojos.
ResponderEliminarJajaja, aludidísima?? Tú fuiste de las que dijiste que tenías crisis post? Jajajaja.
EliminarEstá claro que eso que tú tienes es un síntoma postvacacional divino, de que te lo has pasado teta y quieres más. Pero aunque la palabra crisis es la que usamos para esto, eso no es ni crisis ni na! Deja de quejarte! Jajajaa. ;)
Muamua.
¡Me he sentido aludidísima! A mí tampoco me duele la vuelta a casa en sí: me encanta mi ciudad, me gusta mi trabajo, sigo disfrutando de la playa y de las vistas al mar desde mis ventanas (que, por cierto, no tenía en mi lugar de vacaciones). Sin embargo, la vuelta supone que suene el despertador a las 6:30, no poder salir a tomar mojitos después de cenar y que llueva a mares en agosto, entre otros, y eso, amiga, non mi piace! Pero sí, yo también puedo decir que soy afortunada, así que voy a mirar a este septiembre con otros ojos.
ResponderEliminarMe encanta tu Conchinchina particular Anita, desprendes tanto optimismo que es gustazo leerte cada día.
ResponderEliminarMuy agradecida por tu comentario cariñoso! :)))))))
Eliminarqué bueno todo esto que dices, madre mía, no podría estar más de acuerdo!, porque yo no creo en vivir de las rentas de las vacaciones, y estar esperando al fin de semana para tener una vida!
ResponderEliminarY cómo me gusta el otoño!
besos
Tú eres una mujer inteligente y punto! Eso no es novedad.
EliminarLa verdad es que como me suelo coger bastantes vacaciones pero cortas de duración, no suelo tener depresión postvacacional...no sé si la tendría si estuviera un mes de vacaciones seguido, la verdad, de vacaciones se está muuuy agusto jejeje...aún así, me pasa como a ti, estoy muy feliz en mi rutina normal :D
ResponderEliminarYo más que vivir de las rentas de las vacaciones, vivo de los sueños de las siguiente jejeje :P
Tú vives como quieres (y como pienso vivir yo en cuanto mi economía me lo permita un poco más). ¿Cuándo quedamos?
EliminarYo tengo ese sindrome y es por lo mismo que tu dices, porque el trabajo que tengo ahora no me gusta :( snif snif
ResponderEliminarEstá la cosa mu malica en ese terreno, la verdad...
EliminarAinssssssss has tocado mi fibra sensible. Hace casi tres años en un lugar que no me gusta nada ni me oferta nada pero es el lugar donde por ahora tiene el trabajo mi maridin y no me queda otra que aguantarme. Con el tiempo nos iremos a otro lugar pero por ahora no hay translado posible por eso me has emocionado con tus palabras porque tiene que ser genial que te guste tu rutina y el sitio en el que vives, la verdad que cuando no es asi la vida se hace mas dificil y hasta estropea aunque sea solo a ratos tus ganas de vivir. Bueno que no te aburro mas, que yo sueño con el dia que yo sienta eso que tu sientes ahora y mi vuelta a la rutina sea un disfrute para mi. Ainssssssssssss Anita como me gusta leerte y como me gustaria que se me pegara algo de tu energia, que ando un poco baja de bateria. Besitos ah soy (yegemma )
ResponderEliminarPor supuesto hay temporadas de todo, seguro que si aguantas el tirón vendrán tiempos mejores. Pero hay que echarle ganas!!!!! Ánimo guapa!
EliminarBesitos.
Pues siento discrepar, aunque te guste tu trabajo, tu casa, tu ciudad y tu vida, la gracia de las vacaciones está en hacer las cosas que habitualmente no puedes hacer y de ahí que uno se queje a la vuelta de las vacaciones.
ResponderEliminarYo ahora no estoy en mi mejor momento, pero cuando si lo estaba, no quería volver a la rutina y me gustaba mucho. Pero que quieres que te diga, por mucho que disfrute y que me guste mi profesión y mi vida, prefiero pasar más tiempo con amigos, visitar exposiciones, dedicar muchas horas a la lectura... que pasar 12h en el despacho y volver al día siguiente con la sensación de no haber salido de allí.
Otra cosa es la tontuna de llamarlo "depresión", la depresión es una enfermedad de la que no se debería hablar con tanta ligereza.
Y digo yo, si quien está contento con su vida no debe echar de menos las vacaciones, pq todos sin excepción estamos esperando a que lleguen?
Un besazo y feliz vuelta ;), Susana
Totalmente de acuerdo, la gracia de las vacaciones es que siempre duran menos de lo que nos gustaría. :)
EliminarMua!
Anita's power, muy bien pensao, muy bien dicho. Plas plas plas, ya sabes, aplausos. talmente de acuerdo contigo, me encanta viajar y me gusta volver a casa y a mi vida, lo que tampoco quita que vaya pensando en las siguientes!
ResponderEliminarGracias por tu reflexión. La comparto totalmente.
ResponderEliminarZ.A.L.
solo puedo decir, ole ole y ole
ResponderEliminarBesitos,
Fani
http://laisladegrandejatte.blogspot.com.es/
Te confieso que ante la mirada horrorizada de los asistentes siempre digo "Tengo ganas de volver a casa" y eso implica que se acaben las vacaciones, pero no me importa en absoluto. Prefiero mi vida "normal" que las vacaciones!
ResponderEliminarBueno, eso a mí no me pasa, jajaja! Yo siempre quiero que las vacaciones duren máaaaaas. :)
EliminarPero luego, llego a casa y me siento rebién por la vuelta. Mi madre dice que las vacaciones han sido reparadoras si cuando uno vuelve de ellas se siente verdaderamente bien.
Muaca!
Muy buena reflexión. Yo también soy de las afortunadas.
ResponderEliminarAitziber