Decidido. Voy a publicar esto corriendo y me voy a la cama a echarme una siesta reparadora con pijama y orinal, porque estoy muerrrrta y mi intención es recuperarme para lo que venga.
Resulta que mi madre está en la ciudad por algo más de veinticuatro horas y ha traído, por un lado, una lista de las cosas que quiere hacer y, por otro, cinco kilos de eso que tienen las madres que no te dejan dormir cuando te apetece y luego te preguntan que por qué madrugas tanto.... Se va ya, si no creo que la mato. Ggggg.
Esta mañana, después del madrugón, hemos salido de casa temprano rumbo al museo Sorolla. Me parecía un buen plan, al fin y al cabo...a quién no le gusta Sorolla?
Como está bastante cerca de mi casa, hemos ido andando, y hemos pasado por delante del teatro en el que justamente habíamos estando viendo la obra ayer por la noche...

Hemos llegado al museo, que es precioso,

no sólo por las pinturas

sino también por los jardines moriscos

y sus infinitas flores, reales

y pintadas.

El sitio en sí es una maravilla y yo me habría quedado todo para la casa que tendré en cuanto me toque la bonoloto...

Preciosa las lámparas,

la cerámica,

las ventanas

y todos y cada uno de los muebles

¿Me quedaría mejor el chester amarillo o este sofá os parece más auténtico? :P

Después de quererme llevar todo

he hecho un poco el canelo (mientras un señor me miraba desde la ventana de arriba)

y he terminado comprando unas postales con mis estampas favoritas en la tienda del museo. ¿Hay algo mejor en este mundo que las tiendas de los museos?

De allí hemos salido andando hacia el centro, cuando oh, en la calle Fuencarral me han encontrado ellos a mí estos zapatos que tenía fichados hace meses... y hoy tenían una rebaja del setenta por ciento!

Como comprenderéis, he pensado que no sólo de estampas en la playa preciosas se alimenta mi alma y me los he llevado.

Y esta noche... carricoche la fiesta de cumple de Tula, que también lo es de inauguración de su nuevo hogar. No sé si superaremos la del año pasado, pero tengo que darlo todo. ¡Me voy a por esa siesta!
Ayyyyy! También fui ahí mismo a ver la misma obra no hace tanto. Y me chifla ir de compras por fuencarral cuando voy a Madrid. Pero no conozco el museo Sorolla... ¿Por qué no conozco el museo Sorolla?... La próxima vez, sin falta.
ResponderEliminarBesos.
Sorolla, tan de mi tierra y esa luz mediterránea de sus cuadross, un gozo!
ResponderEliminarDisfruta con tu mami :)
Pues mira que he estado un montón de veces en Madrid, y no tenía ni idea del museo Sorolla. Los zapatos, no se si me gustan, sigo pensándolo. Por lo demás, descansa, que creo que lo vas a necesitar. Besos.
ResponderEliminarsí, eso que tienen las madres es muy raro, pero Existe!!, ;DD
ResponderEliminarY me parece un planazo el teatro (a mí esta obra me trae malos recuerdos, porque cuando la vi tenía gastroenteritis, ejem) y el museo Sorolla tiene tan buena pinta y el edificio y los muebles...
Espero que lo pases bien en la fiesta!!
besos
Ooooooh! Y yo por qué no he visitado todavía ese museo!! Ma-ra-vi-llo-so!!
ResponderEliminarLos zapatos te estaban esperando, normal que te los llevaras.
Yo he visto la ratonera dos veces, una en Madrid y otra en mi ciudad; con dos elencos diferentes y siempre me sorprende. ¿Os hicieron el descanso para averiguar quién era el asesino?
ResponderEliminarEl museo de Sorolla me encanta; con mi clase de escritura tengo pendiente una visita. El gabinete es precioso y el jardín un oasis.
Grande Sorolla. Nadie supo plasmar mejor la luz de Valencia. Es ver una foto. Date una vuelta por nuestras playas!!!
ResponderEliminarPlanazo para madre normal
ResponderEliminarTeatro , Sorolla y compras
Eres una gran hija y tu madre se lo debe pasar bomba ( ¿a qué es una expresión muy , muy de madre?) contigo
me encantan tanto tus fines de semana...
ResponderEliminarLa casa de Sorolla es preciosa, yo la conocí el verano pasado (no vivo en Madrid). Me encantó la guirnalda del comedor, pintada por él, con retratos de su mujer y sus hijas entre las flores. Cuando yo fui había también una exposición muy bonita de su correspondencia con su mujer.
ResponderEliminarY, por supuesto, Paseo al borde del mar es para quedarse horas mirándolo. La parte del jardín que has puesto está inspirada en el alcázar de Sevilla. ¡Me encanta Sorolla!
Un beso.