Juego de niños

El otro día, mientras leía un comentario de Espanice, me di cuenta de que su avatar es un gallifante ...¡¡¿¿y yo nunca os he hablado de mi relación con los gallifantes??!!

Yo tenía nueve años cuando emitían Juego de niños y estudiaba cuarto de EGB. Nunca fui guapa (salvo para mi madre), pero salada era un rato largo y la habilidad verbal (no callarme ni debajo del agua) siempre me caracterizó.

El primero de la clase era Rubén Aparicio y yo siempre fui la segunda. Él, ambicioso y competidor, trabajador y sin carisma (una especie de Rajoy pero de ocho años), siempre sacaba 9,5. Yo, listilla y vaga, simpática y a veces pasota, me quedaba en el 8,75 por no cansarme.

El día que llegaron los de Juego de niños al colegio y fui escogida para participar, la maestra justificó que la elección del alumno participante de cada clase se había hecho por cuestión de notas. Y Rubén Aparicio trinaba...

Recuerdo que participé en el concurso con una chica de otra clase de la que no me acuerdo (a esa edad ser de otra clase es como ser de otro mundo) y que tuvimos que describir a Lola Flores. Tengo grabado en la mente cómo hablábamos por turnos y ellos nos decían que no: que nos pisáramos, discutiéramos y nos diésemos codazos. Exigencias del guión.

Aquel día me dieron un pin con un gallifante por participar pero nunca llegué a verme en la tele, así que nunca supe si llegó a emitirse o cuándo. Y desde entonces, siempre que vea a un gallo pegado a un elefante, me acordaré de Rubén Aparicio y de Lola Flores, de los codazos y de mis ochosetentaycinco que no, no durarían hasta la universidad.