Y porque no tiene 25

Es martes ocho de enero, pero parece lunes quince de septiembre: un montón de propósitos y un ritmo ajetreado, sólo me ha faltado empezar cuadernos para cantar lo de la vuelta al cole. 

He madrugado algo más que de costumbre para empezar a trabajar temprano, he cogido unas frutas y un yogur para la mañana y me he preparado un mini bocata de pavo, queso, rúcula y pan de pipas para el almuerzo. Al acabar de trabajar,  he salido directa a francés y allí me he encontrado con los "viejos amigos" como si hiciera un siglo. Y no he sabido articular palabra, por mucha peli de Godard y mucha canción de Boris Vian que haya visto/oído estas vacaciones, madre míaaaa.

Al salir de allí, con la cabeza echando humo y muerta de inanición, he venido corriendo a casa para hacerme una cena a la inglesa, en plato de 25 centímetros de diámetro, y ha sido tal cual.

He dejado el bolso en el primer sitio que he pillado...

y, tras quitarme el abrigo, me he metido en la cocina tal cual,

con mi look total black y chaqueta mostaza

y con mis zapatos de andar, que -por lo cómodos que son- me pongo casi cada día para ir corriendo de un lado a otro y reservo los tacones para el trabajo.

He preparado unos higaditos de pollo con un poquito de sal, ajo en polvo y vino blanco...

y los he acompañado de un asadillo, un invento que debe de ser manchego porque yo lo conozco hace diez días. Es algo así como pimientos asados con ajo, tomate frito y comino y me pareció delicioso. El caso es que andaba yo pensando en incorporarlo a mi menú habitual cuando vi esto en el súper y tuve que comprarlo... 

Le faltaba un punto de comino pero Carmencita lo arregla todo. Y, para una prisa, da el pego.

He llenado el estómago, ñammmmmmmm!

Durante la cena me he propuesto ojear el último libro que he cogido en la mediateca y he pensado que para mí los ejercicios de idiomas son como los sudokus: siempre tengo algo mejor que hacer pero, cuando los hago, me encantan.

Y mientras hacía todo esto y tomaba fotos para contároslo me he dado cuenta de que las medias se me bajan un pelín y se asoma el "liguero". Ouch!

Y ahora, en cuanto le de a publicar, me prepararé la bolsa y me iré al gym (a ver si cambio la línea curva por la  recta). Cuando vuelva, prometo irme a la cama pronto y así cumplir con el primer propósito del año: dormir más de siete horas. À bientôt!