Me debéis 161 euros y repartíoslos como queráis

Pues sí. Resulta que ayer, después de tanta discusión con la lingüística, los idiomas y cómo decir las cosas aquí y en China, me picó el gusanillo y me vi, a la una de la mañana, matriculándome de gramática y pragmática en la filología que tengo empezada en la UNED.

En realidad no fue en filología, pues allí serían asignaturas de segundo ciclo (de hecho, ese es el motivo por el que aún no las tenía hechas), pero me cambié al grado y pude matricularme de esos diez créditos que son los que me gustan.

Así que sí, podéis decir eso de por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa y enviarme vuestro número de cuenta para que os pase el recibo.

Como contrapunto, para ilustrar, para que aquellos a los que les importa un pimiento lo que cuento tengan algo que ver, y para que sepáis que compenso los gastos de la cuesta de octubre con la mínima inversión en ropa, hoy llevo un jersey de Tintoretto truequeado en Ábrete Sésamo, una falda de segunda mano comprada en Chile y unos zapatos de la frontera. El colgante es monérrimo y me lo regaló mi amiga Carmen, que a la vista está que tiene un gusto exquisito.