Cuando leí que Mohamed Chukri, el escritor marroquí más importante de todos los tiempos, había escrito un libro sobre el genial Paul Bowles, no pude resistirme. Deseé comprarlo hasta que lo hice. Y me ha encantado. ¡Cómo define Tanger y el mundo de la farándula literaria de su tiempo! ¿Sabéis que Chukri era rifeño? Nació justo al otro lado de la frontera de Melilla, en Beni Chiker, y fue (pobre, mendigo y) analfabeto hasta los 20 años.

Paul Bowles no tiene desperdicio. Hoy comparto su visión del turismo y los viajes, a través de lo que escribe Chukri, que me ha dejado entusiasmada...
Son muchos los que, en busca de una fama gratuita, escriben de una manera perversa sobre Marruecos, banalizando así el oficio de la escritura. Su clientela son los lectores apasionados de lo insólito, sedientos de exotismo, que creen a pies juntillas que "en el Tanger del siglo XX, la magia de Las mil y una noches está siempre dispuesta a resurgir".¡Qué pena! ¡Lástima de esta pobre gente! Son de la misma calaña que esos turistas que, para simular que han estado en el Sáhara, se hacen una foto subidos a un camello desarraigado, trasladado a las playas de Tánger. Son como los escritores de literatura barata, los que dicen que viajan, cuando tan sólo cambian su habitación de siempre en su país de origen por otra de algún hotel de Marruecos, y después presumen de haber visitado nuestro país. (...)
"El turismo participa en la destrucción del mundo", dijo Paul Bowles. "Los turistas no dejan nada tras ellos, arrasan los países a su paso. Nosotros lo sabemos de primera mano, y es que nunca fue tan fácil viajar que con ese aparato que se denominó avión. Considero que es un invento espantoso. Es ideal para el ganado. Es ideal para transportar corderos, vacas y cabras hasta el matadero. Con el avión puedes desplazarte de manera rápida, pero no viajar. Viajar supone mentalizarse para partir durante meses, y no sólo algunas contadas y simples horas. Los turistas se burlan de esta idea. No importa adónde vayan, lo que quieren es llegar lo antes posible e instalarse en un hotel. Es todo lo que piden. No vienen para descubrir un país porque hoy en día la gente piensa única y exclusivamente en el factor tiempo. Se van de vacaciones tres o seis semanas, dependiendo de las posibilidades de cada uno. ¿De que les vale? ¿No hubiera sido mejor para ellos haberse quedado en casa?" Paul Bowles desarrolló esta idea en boca de Port, personaje de El cielo protector, a finales de los cuarenta: "La diferencia entre el turista y el viajero es que el primero acepta su propia cultura sin cuestionarla; no así el viajero, que la compara con las otras y rechaza los aspectos que desaprueba".
Son muchos los que, en busca de una fama gratuita, escriben de una manera perversa sobre Marruecos, banalizando así el oficio de la escritura. Su clientela son los lectores apasionados de lo insólito, sedientos de exotismo, que creen a pies juntillas que "en el Tanger del siglo XX, la magia de Las mil y una noches está siempre dispuesta a resurgir".¡Qué pena! ¡Lástima de esta pobre gente! Son de la misma calaña que esos turistas que, para simular que han estado en el Sáhara, se hacen una foto subidos a un camello desarraigado, trasladado a las playas de Tánger. Son como los escritores de literatura barata, los que dicen que viajan, cuando tan sólo cambian su habitación de siempre en su país de origen por otra de algún hotel de Marruecos, y después presumen de haber visitado nuestro país. (...)
"El turismo participa en la destrucción del mundo", dijo Paul Bowles. "Los turistas no dejan nada tras ellos, arrasan los países a su paso. Nosotros lo sabemos de primera mano, y es que nunca fue tan fácil viajar que con ese aparato que se denominó avión. Considero que es un invento espantoso. Es ideal para el ganado. Es ideal para transportar corderos, vacas y cabras hasta el matadero. Con el avión puedes desplazarte de manera rápida, pero no viajar. Viajar supone mentalizarse para partir durante meses, y no sólo algunas contadas y simples horas. Los turistas se burlan de esta idea. No importa adónde vayan, lo que quieren es llegar lo antes posible e instalarse en un hotel. Es todo lo que piden. No vienen para descubrir un país porque hoy en día la gente piensa única y exclusivamente en el factor tiempo. Se van de vacaciones tres o seis semanas, dependiendo de las posibilidades de cada uno. ¿De que les vale? ¿No hubiera sido mejor para ellos haberse quedado en casa?" Paul Bowles desarrolló esta idea en boca de Port, personaje de El cielo protector, a finales de los cuarenta: "La diferencia entre el turista y el viajero es que el primero acepta su propia cultura sin cuestionarla; no así el viajero, que la compara con las otras y rechaza los aspectos que desaprueba".
¡Me gusta!
ResponderEliminarPrecioso texto!!!!
ResponderEliminarQuerida, sabes que esto podría considerarse casi un sexting light?? ;)
ResponderEliminarEh, que si estáis todos pervertidos, a mí qué me contáis?!
EliminarNunca he leído a este autor.
ResponderEliminarMe lo apunto!
Por cierto, bonito escote ;)
EliminarMe encanta la reflexión sobre los turistas y me alegra saber que siempre he preferido otras opciones de viaje porque a mí lo que me gusta es el trayecto
ResponderEliminarBuena reflexión. La verdad es que una cada vez se lo plantea más. En estos tiempos estoy más por viajes del tipo ir a ver el color de las hojas de un bosque en otoño, o un lago helado en invierno. Más barato que conocer lugares lejanos, y puede que sea más enriquecedor.
ResponderEliminarBesos.
¡Wow! ¡Vaya escote!
ResponderEliminarComparto su opinión, yo también distingo entre "hacer" turismo y viajar. Los viajes que recuerdo con más cariño, por ejemplo, son los que hemos hecho en moto y a la aventura, porque recorres un país de una forma diferente, más "desde dentro".
ResponderEliminarSeguro que es un libro interesante, aunque no lo conocía.
Esa es mi idea de viajar, sí señor. Me apunto el título.
ResponderEliminarHe llegado a estar en Estambul y un grupo de gente que viajaba conmigo fue a visitar la "zona europoea"(según ellos), pasando la mañana en las tiendas de Mango, Benetton etc, y tuvieron el valor de decir que había sido lo mejor del viaje!!!!!!!!!La próxima vez podrían viajar a El Corte Inglés y ahorrarnos a los demás su compañía.Aunque es mi primer comentario, he leído todo tu blog, espero poder seguir leyéndolo mucho tiempo.C
ResponderEliminarPues, sabes? Me ha hecho gracia, porque esa misma crítica me podrían haber hecho a mí en Marrakech, pues una tarde no dudé en descolgarme del grupo e ir en busca de la zona zara ("europea" como tú la llamas). Ver las letras del Mcdo en árabe, ver el precio que tiene zara allí, observar el cambio de gente según la zona y ver que también existe esa otra gente, y por qué no, tomar una cerveza en un garito y ver que eres la única mujer en la terraza, comprobar que te ponen tapa mora pero pichi (y te cobran un huevo, pero tomar una Casablanca en Marrakech es lo que tiene)... En definitiva,eso para mí eso también es parte del viaje.
ResponderEliminarPero entiendo lo que dices. A mí lo que más me gusta es ir por la calle y entrar en supermercados y ver los packaging de todo, saber qué comen, cuánto cuesta lo que para mí no vale nada, comprar chucherías con los ingredientes en suajili... Todo eso.
Recuerdo que mis compis en aquel viaje se montaron en un carro tirado por burros que andaba por la medina y yo pasé. Eso sí que lo veo ficticio y un autóctono no lo hace. En cambio, sí hay señoras con pañuelo mirando escaparates de zara, (o con chilaba, eso siempre me sorprende: para qué mirarán? Jeje.)
En definitiva, que a cada uno nos gusta una cosa y hay que elegir bien a los compis de viaje! ;)
Bienvenid@ y muchas gracas por tu aportación, espero que te quedes! :)
Me habías preocupado y entristecido mucho. Me alegro de estar de vuelta en tu lista.
EliminarY sí es una foto preciosa, como la tuya de hoy. Muy sugerentes las dos.
Besos guapa!!!
Por supuesto que me quedo.Una cosa es tu visión del Zara en Marrakech y otra salir a visitar otro país y solo pensar en visitar este tipo de tiendas....cambia bastante el asunto!!!! C.
EliminarYa veo que estáis disfrutando con Paul Bowles, el recluso de Tánger.
ResponderEliminarEl libro es un claro ejemplo de un Tánger mítico y mitificado por Paul Bowles y otro Tánger realista de Chukri.
Desgraciadamente, todos aquellos que van en busca del Tánger de antes, terminan por llevarse una gran desilusión.
El pan a secas (El pan desnudo) se acaba de publicar en su nueva traducción.
Rajae Boumediane El Metni, traductora de Paul Bowles, el recluso de Tánger y El pan a secas.
SI EN REALIDAD MOHAMED CHUKRI LA VIDA LE HA SIDO UN DESEAFIO PARA QUE PUEDA LLEGAR A SER UN GRAN ESCRITOR...CONOSCO MUY BIEN LA CASA DONDE NACIO,PEGADA ANUESTRA CASA ESTA.INCLUSO CONOSCO LA FAMILIA QUE TIENE AQUI EN BENI CHIKER...
ResponderEliminarESPEREMOS QUE ESTA ZONA HAGA NACER MAS Y MAS ESCRITORES ...
Gracias por comentar!
EliminarMi novio y yo conocemos Beni Chiker, hemos pasado mucho por allí yendo al cabo Tres Forcas. Él también ha trabajado con la asociación de mujeres AFAK y conoce a gente de allí. Y Chukri me encanta!!! :)