Las pequeñas cosas no siempre son de talla 37

Que soy una compradora compulsiva sé disfrutar de las pequeñas cosas y soy feliz comprando unos zapatos, una agenda o una batidora no es nada nuevo. ¿Pero alguna vez os había contado cuánto me gusta ir al supermercado? Pues sí, lo adoro. Y hoy he salido pletórica del Lidl. :D

Resulta que quería comprar algunas cosas necesarias y he pensado que nada mejor que pasar por este súper siempre interesante e indagar entre todas las mariconadas cosas superfluas que suelen encontrarse allí.

Dicho y hecho. He ido a comprar lo más o menos necesario, lo de siempre...

y de paso, para aprovechar la campaña Latinoamérica, que ya sabéis que a mí eso de las comidas del mundo me acelera el corazón. ¿Y cómo iba a decidir yo entre el snack de plátano salado, dulce o picante, eh, cómo?... Imposible, me he llevado los tres.

Había más cosas difíciles de dejar, como este preparado para pan de queso, excusa perfecta para encender el horno uno de estos días, y esta tarrina de sour cream, que he tenido que llevarme teniendo en cuenta que mis patatas fritas favoritérrimas de todos los tiempos son las de sabor SOUR CREAM AND ONION, pero que no tengo ni idea de con qué voy a comer.

También han saltado a mi cesta este par de latas de jugo de coco, que no tengo muy claro para que voy a usar, y tras llegar a casa como unas castañuelas, me dispongo a buscar en google la respuesta a mis preguntas.

¿A vosotros también os pone ir a comprar o soy un bicho raro? ^^